miércoles, 27 de mayo de 2020

Un cuento no tan a lo Grimm

Llevan juntos seis meses. Todo está yendo increíblemente bien y han creado una base sólida para una relación D/s y edificar una relación romántica sobre la misma. Se mudaron a vivir juntos hace dos meses y este tiempo ha estado lleno de libertinaje, perversión y recuerdos maravillosos, y algunas veces, dulces, sin hacer nada, pero viendo películas e intentando reírse el uno del otro, en algún momento dado.

 

Los momentos perversos han sido tortuosamente deliciosos. Ella no es una puta del dolor, pero su Dominante le va a propinar unos buenos azotes. Pues su ardiente hambre interior aún tiene que ser satisfecha. Él es muy cerebral jugando con ella, sádico con su tacto y hermosamente nutrida por sus atenciones. Pero, algunas veces, saca a su bestia interior de una puta vez, y esto la asusta.

 

A él, le encanta la estructura y la energía de una relación D/s bien construida. Los protocolos, la perversión y ese intercambio mental estimulante que puede conseguir de ella, utilizando solamente su voz y voluntad. Pero, hay una parte de él que es primaria, un animal rugiendo que le gusta dejarlo salir, en ocasiones, en pequeñas dosis. Pero, sin embargo, la bestia todavía no ha llegado a salir del todo.

 

La bestia está encerrada en su jaula y se está poniendo inquieta.

 

Con todo el trabajo y la confianza que han construido juntos, ella dice que está preparada para danzar con la bestia. Dice que confía en él y que no le hará daño y quiere que la sorprenda. Una vez que pronunciara que era un juego, y consintió en todo lo que él tenía previsto, la bestia estaba sacudiendo su jaula interior. Hubo un gruñido fuerte en su alma, la bestia tiene hambre y su hora de comer va a ser muy pronto.

 

Dos noches más tarde, la luna llena está presente y es cuando decide ir a la fiesta de su pequeña princesa.

 

Ella tiene un sueño pesado, es más, por orden suya, siempre duerme desnuda. La despierta a las 2,30 de la madrugada y, soñolienta, ata sus manos detrás de su espalda con una cuerda roja. Luego la termina de despertar, y se siente asustada y confundida. Hace que ella se ponga de pie, está inestable y desorientada. Cubre su cabeza con una capucha roja pequeña y la ata con fuerza alrededor de su cuello. Entonces, le venda los ojos y la lleva, como un bombero, sobre sus hombros y la sube al coche. Ella está verborreando entre dientes y todavía no está del todo despertada, ni es consciente de su situación. Sigue preguntándose  por lo que está pasando, pero no parece excitada ni concernida, simplemente molesta por despertarse y de que esté todavía muy soñolienta.

 

La coloca en el asiento trasero del coche en posición fetal e incluso atada, vendada y apretada en la parte de posterior. Su pequeña y linda princesa sigue dormida detrás, como parece evidente por sus ligeros ronquidos.

 

Conduce con su sangre circunlando como un desbordante arroyo fuerte y violento. Al igual que sus pensamientos. Su juguete para follar no tenía ni idea de lo que estaba reservado para ella. Con nada más que el sonido de los neumáticos rodando, sus ronquidos suaves y sus gruñidos internos, se comía los kilómetros de la carretera como un animal agresivo desgarrando trozos de carne cruda.

 

Llegaron a una parte aislada del bosque que él había ojeado previamente el día anterior. Aparcó el coche, salió y se dirigió a la puerta trasera, la abrió con rapidez, la sacó y la colocó en el suelo con un movimiento rápido. La liberó de las cuerdas y de la venda de los ojos y le mira como si no lo reconociera. Su mirada es una mezcla de miedo y excitación bailando en su cabeza.  ha pasado de ser una Bella Durmiente, a una presa del placer, y su adrenalina bombeada pesadamente a través de todo su cuerpo.

 

Baja la vista hacia ella, y gruñe: “Corre, perra.” Sus ojos y su tono de voz dicen todo lo que ella necesita saber, que no era más que un animal, que la estaba persiguiendo para atraparla y devorarla de una manera brutal, pero bellamente devastadora. La bestia será alimentada.

 

En un abrir y cerrar de ojos, ella está de pie y su estructura atlética la está sacando fuera, con su capa flotando, latigazos al aire detrás de su cuerpo desnudo. Se ve como una sumisa heróica, pero ante los ojos de él, parece como si se la comiera. Él se toma tres minutos, se quita todas las ropas, excepto las botas, y entonces empieza su cacería.

 

Si hay una cosa que sabe sobre él, es que no siempre juega limpio y siempre gana. Antes de haberle puesto su capa con capucha roja, la impregnó de su perfume favorito. En su estado primario, en su hábitat natural, sus sentidos se vuelven más pronunciados. Sus ojos empiezan a ajustarse a la negrura de la noche, la única luz proviene de la luna brillando, burlándose de él desde arriba de las nubes. La luna está empujando a la bestia y haciéndola gruñir y gritar dentro de él.

 

Empieza a localizarla siguiendo su aroma y es como un perro salvaje en el camino de su próxima comida. Dieciocho minutos pasan y todo está inquietantemente tranquilo. Es como si los otros animales se hubieran detenidos para ver esta caza. Luego, ella se alejó a su posición por el susurro de las hojas debajo de sus pies. Cuando le escucha, se sube por el árbol, grita como aterrorizada, no está segura, debido a la oscuridad de la noche que se está cargando detrás de ella. Imágenes de un zorro o un lobo inundan su mente con el tipo de miedo únicamente reservado para los momentos más trágicos. Ella debería sentirse muy afortunada por ser atacada por esas creaturas, en vez de sufrir bajo las manos de su  bestia y amante.

 

En lo que sólo puede ser descrito como un borrón de furiosa determinación y una realización de un hambre precisa, ella estaba envuelta, se precipitó al suelo duro, y él entró en su coño, todo en una cuestión de segundos. La follada ha empezado. Ella alcanza el árbol para escaparse. La acercó hacia él y le dice que no va a ir a ninguna parte. La penetra, la agarra, la azota, empuja y tira de su cuerpo en un arranque de pasión primaria. Ninguno de los dos ha follado nunca de esta manera. Es intenso, loco y, de alguna manera, el momento más hermoso y sensual debido a que estaban reducidos a nada más que a sus dos trozos de carne palpitante. Cuyo cuerpo, es el más decadente, deleitable y delicioso plato de sexualidad y el otro, que no se detendrá ante nada, para comerlo juntos.

 

Ella se corre dos veces antes que él, pero cuando éste orgasma, grita con un gemido tan fuerte como si fuera un tono glorioso, que suena como un animal que está siendo cogida por primera vez. Gruñe, y entonces, susurra en su oído el más suave y sincero “gracias” que ha pronunciado en su vida. Él se deja caer y se queda allí, respirando pesadamente. Sus brazos extendidos hacia ella, su capa cubriéndole, su corazón vibrando como un millar de tambores, y se siente lleno y completo, más de lo que ha estado durante muchísimo tiempo.

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