Ella no había sido azotada con la cane
desde hacía dos años. Su pareja anterior se había convertido en un sádico
abusador y le había causado mucho daño. Pero a ella, le apetecía ser azotada de
nuevo con una cane. ¡Eran sus palabras más que las mías! Yo no presumiría describiéndome de esa manera.
Una vez en su piso, la envié a buscar la
cane y empecé a contar despacio. Llegué hasta veintitrés antes de que ella llegara
con la cane. Pasamos un par de horas en una variedad de juegos previos antes de
volver al tema de la cane. Ella estaba un poco preocupada. Durante los dos
últimos años, había perdido peso. ¡Su trasero estaba menos relleno! Jugamos un
poco con la cane, azotándola juguetonamente mientras me hablaba, antes de
ponerla boca abajo sobre la cama y empezara de nuevo a administrarle justo unos
suaves golpes, combinados con otros más severos. Luego la dije que le
administraría 23 azotes, los cuales coincidían con el recuento del tiempo que
había tardado en volver con la cane. Después de cada golpe, ella contaría y
pediría otro más intenso o suave o que me detuviese. Me preguntó si podía
pedirme un golpe que fuera mucho más firme, y estuve de acuerdo.
Empecé con unos azotes suaves. Yo
esperaba que me pidiera que fueran más fuertes para complacerme. Me pidió otros
iguales. Cada vez me solicitaba otros de la misma manera. Eran azotes suaves,
pero lo suficientemente fuertes como para marcar su sensible trasero. Quizás
intenté aumentar un poco la fuerza de los golpes, pero no mucho.
Cuando llegamos a los veintitrés azotes,
ella no pidió más. Le pregunté si aceptaba dos más para redondearlos a
veinticinco. Al principio, estaba un poco insegura, pero aceptó.
Le pregunté si los quería rápidos y
seguidos o espaciados para acabar de una vez. Lo dejaba en mis manos. Le di dos
rápidamente y luego, acaricié su trasero, la cogí entre mis brazos y la abracé.
Estaba ansiosa por levantarse, ver las marcas
y fotografiarlas. Estaba emocionada por su logro. Fue un placer verla.
Pero, si hay una próxima vez, le
sugeriré golpes más fuertes o más… o ambas cosas.
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